San Ezequiel Moreno, ruega por nosotros.
Oración final para todos los días
Padre nuestro: la oración confiada y la certeza de la intercesión de San Ezequiel son para mí un remanso de paz y de consuelo en mis penas y trabajos. Haz que su ejemplo me estimule siempre hacia el bien y que no me falte nunca su protección bondadosa. Te lo pido por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. (Así cada día).
DÍA 2º.- Ezequiel respondió con generosidad a la llamada divina al estado religioso y sacerdotal, y nos dejó hermosos ejemplos de santidad y celo apostólico en todos los lugares adonde lo llevó la providencia de Dios.
Señor Dios, siempre admirable en tus santos, concédeme vivir con fidelidad y entrega mi vida cristiana, sirviendo a mis hermanos en los quehaceres de la vida cotidiana y anunciando tu mensaje de amor. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
DÍA 3º.- Ordenado sacerdote y después obispo, San Ezequiel se consagró con todas sus fuerzas al ministerio sagrado: predicación del Evangelio, asistencia al confesonario y dirección espiritual, visita a los enfermos y atención a los más necesitados; en fin, cuidado y orientación de los fieles.
Te pido, Señor, en este día por las vocaciones religiosas y sacerdotales. Suscita operarios para tu viña, dales la perseverancia y bendice su apostolado con frutos de santidad en tu Iglesia. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
DÍA 4º.- En el Evangelio Jesús nos invita a rogar por las misiones. Él mismo envió a los apóstoles a predicar por todo el mundo con el poder del Espíritu. En nuestros días, Dios ha convertido a San Ezequiel en un intrépido misionero durante toda su vida.
Escucha hoy nuestra ardiente plegaria en favor de las misiones del mundo entero, y concédenos ser colaboradores de las mismas, en especial de las encomendadas a los agustinos recoletos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
DÍA 5º.- La perfección cristiana consiste en cumplir siempre la voluntad de Dios. San Ezequiel llegó a tan elevada santidad porque se propuso, con estricta fidelidad, hacer lo que Dios quería, aunque le costara grandes sacrificios.
Concédeme, Señor, aceptar con toda generosidad los designios de tu voluntad santísima y confiar siempre en tu protección amorosa y fiel. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
DÍA 6º.- Una de las cosas más recomendadas por Jesús es la oración. Él nos dio ejemplo y nos invitó a practicarla con perseverancia. El P. Ezequiel dedicaba cada día largas horas a la oración, especialmente ante el Santísimo Sacramento. De ahí brotaban su caridad ardiente, su celo, su austeridad de vida, su sabiduría espiritual y su fortaleza para practicar el bien.
Padre nuestro, muéstrame hoy a Jesús enseñándome a orar y haz que pueda imitarlo con mis acciones y mis sentimientos. Que siguiendo a Jesús y con la ayuda de San Ezequiel, pueda acercarme siempre a ti con toda confianza y agradecimiento. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
DÍA 7º.- La devoción a la Santísima Virgen es garantía de vida cristiana y de salvación. San Ezequiel profesó un entrañable amor a la Madre de Dios desde su infancia y se constituyó en su apóstol apasionado.
Te pido, Señor Jesús, me concedas una delicada piedad hacia tu querida Madre y Madre nuestra, para que la pueda imitar de corazón hasta cantar junto a ella tus alabanzas en la vida eterna. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 8º.- Síntesis de vida cristiana son el amor a Dios y al prójimo. San Ezequiel consagró toda su vida al amor de Dios y al servicio de los demás. Su celo por la salvación de las almas, su caridad con los pobres, enfermos y necesitados no tuvo límites.
Que su ejemplo, Señor, me estimule a vivir en armonía con mis hermanos y a estar siempre dispuesto a ayudar a los más necesitados. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
DÍA 9º.- Jesucristo nos redimió por medio del sufrimiento. San Ezequiel vivió con mucha austeridad y sacrificio para servir a Dios y a los hermanos en su ministerio sacerdotal. Durante más de un año sufrió con admirable fortaleza y heroísmo de mártir el cáncer en la boca y fosas nasales.
Padre santo, ayúdame a reconocer tu presencia en las adversidades de la vida. Que el sufrimiento me ayude a purificarme y que sepa unir mi dolor a la cruz de tu Hijo Jesús. Dame la fuerza que necesito y la serenidad para aceptar tu voluntad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración a la Virgen de la Consolación
¡María, Consuelo de los que sufren y Salud de los enfermos! Nadie mejor que una madre comprende el dolor de sus hijos. En estos momentos de sufrimiento quiero desahogar en ti mi corazón.
Te pido que me ayudes a comprender los designios del Señor al permitir esta situación y aceptarla con generosidad y esperanza. Que vea en ella una participación en el dolor redentor de Cristo, para la salvación de las almas.
Madre Santísima, tú que sabes tanto de dolores, intercede ante tu hijo y alcánzame la salud, pero al mismo tiempo enséñame a decir como tú: “Hágase en mí, Dios mío, tu santa voluntad”.
Te pido por todos mis hermanos que sufren a causa de la enfermedad, la tristeza, la soledad o la muerte de un ser querido; bendice a todos los que trabajan al servicio de sus hermanos.
Alcánzame la paz, la paz de Cristo, la única paz. Madre mía, sé tú mi salud, mi consuelo y mi esperanza. Amén.
San Ezequiel: Ruega por nosotros!
ResponderEliminarAmen
ResponderEliminar